Esa puñetera crisis...

Hace unos meses se hablaba que podría afectarnos una crisis económica mundial debido a la infrenable y constante concesión de créditos por parte de los bancos. Y es que si ibas a tu entidad bancaria acompañado por tu perro a pedir un préstamo, hasta a tu mascota se lo concedían. En fin, tras este desenfreno y desajuste, los partidos políticos hacen cábalas y estrategias para intentar paliar una crisis que se venía venir de lejos. Esto trae como causa otro fracaso más del sistema, ese sistema capitalista y neoliberal que ha traído como consecuencia lo que por todo el mundo ya es sabido.

Pues bien, hoy esa crisis aflora, y mucho. Se hace notar en cada rincón de cualquier lugar; nadie la pone en duda. Existe. Tanto es así que hasta en los festivales se hace notar la dichosa crisis. Por poner un ejemplo, ¿Cómo puede ser que el Viña Rock, que siempre se ha caracterizado por ser uno de los mejores festivales del país, esté en horas bajas y de capa caída? Su cartel de este año, a falta de 3 grupos por confirmar, es muy pobre si lo comparamos con anteriores ediciones, no hay duda; pero sin embargo es uno de los más caros. No sé por qué. Mientras, otros festivales con igual reconocimiento o incluso más le superan con creces. Es el caso del Extremúsika, que ya ha cerrado su cartel y ¡vaya cartel!; o el Derrame Rock, que, a pesar de traer menos grupos este año, sigue confirmándose una vez más como uno de los mejores festivales; o el Kobetasonic o el naciente Festival del Oeste, que intenta hacerse un hueco presentando, hasta el momento, un atractivo cartel a falta de confirmaciones. Incluso el Aupa Lumbreiras, que siempre ha tenido dificultades, anima a cualquiera con su siempre llamativa apuesta.
Otros, no obstante, están sucumbiendo o no tardarán en hacerlo. Se rinden ante la crisis festivales como el Summercase (principal y directa competencia del FIB), que ha confirmado que este año no se celebrará debido a la maltrecha crisis. Y así muchísimos más que se ven impedidos o faltos de medios para organizar un festival con todas las garantías y recursos necesarios. En fin, juzguen ustedes mismos.

Aún así, esperemos que el ánimo no decaiga y el querido Viña Rock se ponga a la altura de otros años y haga callar así a las miles de bocas enfurecidas y hambrientas que desean disfrutar de unos días agradables y de buena música, esa que, pese a quien le pese, le queda mucha vida todavía.

Salud y Rock&Roll.

EL COMPADRE WILLY (http://compadreorock.blogspot.com/)