Ayer jueves decidimos cambiar de tercio y adentrarnos en un mundo más íntimo y calmado como es el acústico. Nos acercamos hasta la FNAC de Valencia para presenciar en directo al gran poeta y cantautor Carlos Chaouen, quien se encuentra en plena gira presentando su último trabajo, 'Horizinte de Sucesos'.El concierto era en acústico y gratuito, tal vez sea por ello que la sala estaba a rebosar de público. La hora prevista para que Carlos empezara a tocar era las 19 h, anque minutos antes ya podíamos comprobar como la gente se apresuraba poco a poco hasta la puerta para no perderse hasta el mínimo detalle y ocupar así los primeros asientos.
Tras las pertienentes pruebas de sonido y esperar impacientes la apertura de puertas, nos metimos los allí presentes en la sala, la cual, vista la afluencia de gente que se acercó a ver la actuacíon, se quedó pequeña. El aforo prácticamente quedó cubierto con las aproximádamente 60 personas que se concentraron allí, entre las que se encontraba Jaime Encinas 'El Perrako', conocido por ser el manager de Marea y quien, además, lleva las labores de contratación de Carlos Chaouen.
Con puntualidad inglesa, a las 19 h el cantautor hizo acto de presencia en el pequeño escenario arropado por los primeros aplausos. Acompañado por dos guitarras, Carlos empezó su recital acústico con Amor vertical, canción con la que empieza su nuevo disco. Tras comprobar todos juntos que el sonido funcionaba a la perfección, prosiguió con Retinas de alquiler, canción, que según nos contó el mismo Carlos, estaba hecha para la realización de un corto, pero que el corto nunca llegó a realizarse por culpa de la siempre omnipresente tramitación. La próxima en tocar sería Mal acostumbrado, a la que le siguió una de sus discos anteriores para practicar la memoria. Faltaba poco ya para terminar la actuación, y en la sala sólo se escuchaba el silencio estromecedor provocado por la gran atención que estaba mostrando el público allí congregado.
El siguiente tema encargado de habitar entre ese silencio sería La vida tiene estas cosas; y para acabar el concierto, prefirió un tema antiguo de sus anteriores trabajos.
Sorprendentemente ya había pasado apenas media hora (¡qué rapido pasa el tiempo cuando se está a gusto en un sitio!), cuando el público se animó tímidamente con el típico otra, otra, otra, otra... Carlos aceptó, y después de que nos animara insistentemente a que viésemos su actuación con banda que tenía lugar en la Sala Wah Wah de Valencia horas más tarde, se enfundó la guitarra para despedirse de todos nosotros con De Buenos Aires a Madrid.
Gracias, poeta.
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